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Esófago de Barrett

El recubrimiento interno del tubo digestivo se llama mucosa y es diferente en cada órgano.

Cuando parte de la mucosa esofágica es remplazada por mucosa gástrica y tiene un componente microscópico que se parece al del intestino delgado (metaplasia intestinal) se le denomina Esófago de Barrett.

¿Qué lo ocasiona y por qué es importante?

Generalmente este cambio de mucosa lo ocasiona la quemadura crónica por el reflujo Gastro esofágico y tiene importancia ya que es una lesión premaligna, que origina el cáncer de la unión esófago gástrica.

¿Cuáles son los síntomas?

El esófago de Barrett no produce ningún síntoma específico.

Los síntomas que refieren los pacientes son inherentes al reflujo gastroesofágico, no al Barrett.

Diagnóstico

La endoscopia es el método para diagnosticar el esófago de Barrett mediante la imagen macroscópica sugestiva y confirmación histológica en las biopsias tomadas en el estudio endoscópico.

¿Cuál es la asociación entre esófago de Barrett y el cancer de esófago?

Los pacientes con Barrett tienen 30 veces más posibilidades de desarrollar un cáncer de esófago que la población general y por ende, se considera una lesión premaligna.

¿Cómo se puede prevenir que el Barrett progrese a un cancer?

Realmente no se sabe por qué un esófago de Barrett (sin displasia) inicia su desarrollo a displasia de bajo y alto grado y de ahí progresa a cáncer. Teóricamente la irritación crónica del ácido del estómago que refluye al esófago desencadena esta evolución.

Evitar el reflujo con tratamiento médico o quirúrgico (funduplicación), disminuye teóricamente la posibilidad de malignización.

Un aspecto de suma importancia en los pacientes con esófago de Barrett es la vigilancia endoscópica periódica, ya que en las biopsias se detectan cambios celulares que implican el desarrollo inminente del cáncer, llamado displasia severa o carcinoma “in situ”.

¿Si el tratamiento antireflujo o la funduplicación no quitan el esófago de Barrett cómo se puede erradicar?

En general sólo a los pacientes en los que se descubre un esófago de Barrett con displasia severa o carcinoma in situ se justifica su erradicación. Hasta hace poco la extirpación quirúrgica del esófago (esofagectomía) era el único tratamiento.

En la actualidad, existen alternativas endoscópicas menos invasivas que prometen convertirse en un mejor tratamiento. Es importante que el tratamiento endoscópico asegure en un alto porcentaje, la extirpación del cáncer in situ y que destruya o extirpe la totalidad del esófago de Barrett restante.

Existen varios métodos endoscópicos para destruir el Barrett pero en la actualidad se le da preferencia a la mucosectomía y la destrucción térmica con radiofrecuencia ya que han demostrado ser muy efectivos y conllevan pocas complicaciones.

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